Carmelo Molina se disfraza de diablo para correr al enamorado de su amada, ya que el no podía conquistarla entonces se le ocurrió la brillante idea de asustarlo, disfrazándose de diablo. Pero el tiro le salió por la culata ya que el forastero fue valiente y no temió del aparente diablo, este cuentito sucedió en la bella y majestuosa Ciudad de Masaya.